El plástico es un material que ha cambiado la forma en que vivimos, trabajamos y consumimos. Desde su invención en el siglo XIX, los plásticos se han vuelto omnipresentes en nuestra vida cotidiana, y están presentes en todo, desde envases de alimentos y bebidas hasta piezas de automóviles y materiales de construcción.
Los primeros productos de plástico que se inventaron y crearon en el siglo XIX fueron objetos de lujo y curiosidades científicas. Uno de los primeros plásticos fue la celuloide, un material que se producía a partir de la nitrocelulosa y que se usaba para hacer botones, peines y otros objetos de moda. También se utilizó para crear juguetes y objetos decorativos. La baquelita fue otro de los primeros plásticos que se inventaron, y se utilizó para fabricar interruptores de luz, asas de utensilios de cocina y otros productos eléctricos y mecánicos.
Sin embargo, la verdadera revolución del plástico se produjo en la década de 1950, cuando se desarrollaron plásticos como el PET, el PVC y el polietileno de alta densidad (HDPE), que se utilizan en todo, desde envases de alimentos y bebidas hasta tuberías y piezas de automóviles. Estos nuevos materiales de plástico ofrecían beneficios en términos de durabilidad, peso y resistencia a la corrosión, lo que los hacía ideales para una amplia variedad de aplicaciones. Desde entonces, el plástico se ha convertido en un material omnipresente en nuestra vida cotidiana, y su impacto en la industria y el comercio es innegable.
Los diferentes tipos de plásticos se dividen en dos categorías principales: termoestables y termoplásticos. Los termoestables no pueden ser reciclados ni moldeados después de que se endurecen, mientras que los termoplásticos pueden ser fundidos y moldeados una y otra vez. Algunos ejemplos de termoplásticos incluyen el PET, el PVC, el polietileno de alta densidad (HDPE) y el polipropileno (PP).
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