En los procesos de transformación plástica, una producción eficiente depende en gran parte del flujo interno del material en la línea de extrusión. Dos aditivos clave para lograrlo son el slip (deslizante) y el antiblock. Estos no solo mejoran la manipulabilidad de la película, sino que también optimizan el rendimiento, reducen fricción y evitan problemas durante el bobinado y almacenamiento.
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